Cada 30 de agosto se conmemora el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, una fecha que fue aprobada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 21 de diciembre de 2010 y que comenzó a celebrarse desde 2011 con el propósito de “exigir  verdad, justicia y, además, honrar la memoria de los desaparecidos”.

La instancia advierte que actualmente hay más de 43 mil casos de desapariciones en estudio en el mundo y expresa su preocupación por el alza de las desapariciones forzadas o involuntarias en diversas regiones del mundo, una flagrante violación a los derechos humanos.

En la actualidad, existen 46 países en todo el mundo que ratificaron la declaración sobre las desapariciones forzadas, en el caso de Latinoamérica lo reconocen: Cuba, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, Panamá, Perú, Paraguay, Uruguay y México.

Mientras que, en Europa son 8 países, en Asia 5, África 9, entre otros. Según la ONU, México es el país con más casos de desapariciones forzadas en la actualidad, su situación más específica es el caso de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos en Ayotzinapa..

La desaparición forzada es cuando las personas son arrestadas, detenidas o trasladadas contra su voluntad, o que estas resulten privadas de su libertad de alguna otra forma por agentes gubernamentales de cualquier sector o nivel, por grupos organizados o por particulares que actúan en nombre del Gobierno o con su apoyo directo o indirecto, su autorización o su asentimiento, y que luego se niegan a revelar la suerte o el paradero de esas personas.