El 21 de octubre de 1948, fue declarado en la primera Convención Argentina de Radioaficionados, a raíz de la creación del Radio Club Argentino.
Con equipos de radio rudimentarios, los radioaficionados comenzaron a comunicarse por todo el país, del mismo modo que ocurría en otros lugares del mundo, a modo de hobby. Con el correr del tiempo, se convirtieron en un gran servicio a la comunidad con su sistema de comunicación.
Algunas de las características de la radioafición es que promueve el desarrollo de la tecnología para el uso más eficiente del espectro de frecuencias y proporciona recursos para comunicaciones en casos de desastres.
Los principios de la actividad están relacionados con Tebaldo Ricaldoni, el primer doctor en Ingeniería, quien en 1907 se comunicaba con un equipo de chispa y cohesor con el ingeniero Mario Arata. Mientras que, la primera licencia de radioaficionado fue otorgada, en 1913, al ingeniero Teodoro Bellocq, que estableció dos estaciones, una en Capital Federal y otra en San Isidro.
El 27 de agosto de 1920, los llamados “Locos de la azotea” (Susini, Guerrico, Carranza y Mujica) realizaron la primera transmisión de radio desde el teatro Coliseo, donde se presentaba la ópera Parsifal de Richard Wagner. Un año más tarde, en la casa del doctor Federico López Lecube surgió la idea de crear una entidad que agrupara a los amantes de este medio de comunicación. Este proyecto se concretaría el 21 de octubre siguiente, con la creación del Radio Club Argentino (RCA).