Esta fecha tiene doble significado. A nivel internacional se realiza para conmemorar al Rey Luis IX, quien designó a su peluquero como «hombre libre» lo que le otorgó a la profesión más prestigio ya que en el sigo XIII, en Europa, el oficio de peluquero era de estatus plebeyo y solo se ejercía para la nobleza que, sobre en todo en Francia, utilizaba pelucas y no cabello natural.

Mientras tanto, en Argentina se le suma que aquel día pero del 1877 el peluquero y director de teatro, Domingo Guillén, organizó un festejo en el teatro Coliseo al que fue una gran cantidad de profesionales y esta organización incentivó a que se creara la Sociedad de Barberos y Peluqueros.