El 2 de junio se conmemora en Argentina este día para homenajear a este perro que falleció en cumplimiento del deber y sin dejar de prestar un valioso indicio para esclarecer un crimen.
En 1977 un hermoso cachorro de Ovejero Alemán fue seleccionado para ser miembro del cuerpo de perros de la Policía Federal Argentina tras cumplir ampliamente las aptitudes físicas y psíquicas necesarias. Lo bautizaron Chonino.
El can fue adiestrado concienzudamente como perro de seguridad, preparado para entrar en acción sólo cuando hubiese peligro de vida, tanto para sus conductores como para terceros. Una triste noche de junio de 1983, Chonino fue asignado para patrullar, la zona de Devoto, policias y delicuentes cruzaron disparos. Chonino, por instinto propio y sin perder el tiempo, al ver agredido a su guía, se lanzó al ataque, en medio del tiroteo.
Trágicamente uno de los delincuentes alcanzó con un balazo el corazón de Chonino, y mientras los asaltantes escapaban, con su último aliento, el animal se arrastró hacia su guía extendiendo, agónico, su hocico.
En su boca, llevaba un trozo de bolsillo que contenía los documentos de los asaltantes lo que permitió la detención de los criminales que hoy están cumpliendo una condena de ejecución perpetua.
La historia fue contada en un concurso que organizó una sección de un matutino porteño a fin de establecer el Día Nacional del Perro