El 16 de junio de 1980 la suprema corte de los EEUU falló a favor de Ananda Mohan Chakrabarty, un ingeniero genético, que había desarrollado una bacteria, derivada del género Pseudomonas, capaz de descomponer el petróleo crudo y por medio de ella tratar los derrames de petróleo de manera más rápida y con menor daño ambiental. A partir de este fallo se ha aceptado que los genes, siempre y cuando hayan sido aislados, son objetos patentables. Este hecho es considerado el nacimiento de la industria biotecnológica.